El ejército israelí lanzó una nueva ola de bombardeos en Líbano, centrados en Hezbollah, que dejaron un saldo de unos 100 muertos y más de 200,000 desplazados. Estos ataques se producen días después del asesinato del líder de Hezbollah, Hasán Nasralá, y decenas de miembros del grupo en otro ataque aéreo israelí. El Ministerio de Salud libanés informó que el número de muertos ascendió a 105, con 359 heridos. Israel justificó los bombardeos como parte de su lucha contra Hezbollah, a quien considera una amenaza directa, y advirtió que ningún lugar está fuera de su alcance.
Hezbollah ha mantenido su respuesta militar lanzando cohetes hacia Israel, mientras que el grupo y sus aliados, como Irán, han advertido sobre las graves repercusiones de los ataques. La muerte de Nasralá, quien fue el líder de Hezbollah desde 1992, marca un golpe significativo para la organización y sus aliados, pero también aumenta el riesgo de escalada en la región. Irán, aliado cercano de Hezbollah, ha advertido que la muerte de su comandante no quedará sin respuesta, mientras que Hezbollah continúa resistiendo las ofensivas israelíes.
El conflicto ha generado una crisis humanitaria en Líbano, con un número creciente de personas desplazadas. Según la ONU, más de 200,000 personas han sido desplazadas dentro del país y 50,000 han huido hacia Siria. El primer ministro libanés, Najib Mikati, advirtió que el número de desplazados podría llegar a un millón, lo que representaría el mayor desplazamiento en la historia reciente de Líbano. Ante esta situación, Mikati abogó por una solución diplomática para evitar una escalada mayor del conflicto.
Mientras tanto, la comunidad internacional intenta mediar para evitar una guerra total en la región. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, han intervenido en favor de la paz, con Barrot viajando a Líbano para ofrecer asistencia humanitaria. Irán también solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para evitar una mayor escalada. Sin embargo, los ataques israelíes continúan, con el objetivo de neutralizar a Hezbollah y restaurar la seguridad en el norte de Israel.